Señales que nos envía el cuerpo al consumir demasiados hidratos de carbono
Estos macronutrientes, como son los hidratos de carbono aportan calor y energía corporal, ahorran proteínas al cuerpo y ayuda en el metabolismo de las grasas. Pero, ¿qué sucede cuando comes demasiados? Estas son las señales que el cuerpo nos envía al consumir en exceso.
Según Mayo Clinic, si se consumen 2000 calorías por día deberás comer entre 900 y 1300 calorías diarias -entre el 45% y 65%- provenientes de hidratos de carbono, lo que equivale a una cantidad aproximada entre 225 y 325 gramos diarios. Las fuentes frecuentes de carbohidratos naturales comprenden frutas, vegetales, lácteos, nueces, cereales, semillas y legumbres. Es mejor optar por carbohidratos integrales, complejos y de digestión lenta.
Te puede interesar:
Beneficios de comer miel y ajo en ayunas en una semana
Las necesidades de consumo de carbohidratos van variando y dependen de la edad de la persona, si realiza actividad física y su metabolismo individual. Diferentes estudios demuestran que las dietas bajas en carbohidratos, como la keto, la Atkins o la paleo son riesgosas para la salud, desde problemas renales y digestivos a una menor esperanza de vida o carencias nutricionales.
Pero del lado contrario, ¿qué sucede cuando comemos demasiados carbohidratos? Tu cuerpo te empezará a dar señales como:
Dificultad para bajar de peso
Si aunque comas sano y realices actividad física te encuentras en lo que se denomina una meseta de pérdida de peso, puede que la razón sea que estés comiendo demasiados hidratos de carbono simples, caracterizados por su alta densidad calórica. La investigación dice que las dietas altas en azúcares agregados están vinculadas con cinturas más anchas y mayores niveles de grasa visceral o abdominal, peligrosa y que puede aumentar la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes tipo 2.
Luego de comer te sientes lento y cansado
Cuando tu organismo digiere un carbohidrato simple, la glucosa se libera en el torrente sanguíneo en una dosis rápida y grande, dándote una rápida explosión de energía temporal a la que sigue un bajón.
Antojos con frecuencia de azúcar
Cuando consumes azúcar, tu cerebro libera dopamina, una hormona adictiva relacionada con el bienestar, por lo que cuanto más azúcar ingieras, más dopamina anhelas. Una revisión de Frontiers in Psychology de 2018 comparó la adicción al azúcar con la adicción a las drogas, una “habituación” que ha contribuido a nuestra epidemia de obesidad.
Problemas de piel
Los brotes de acné se relacionan con la dieta. Aquellas con alto índice glucémico -alto consumo de carbohidratos refinados- pueden ser responsables de este problema. En este sentido, un estudio de 2014 por el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics halló una correlación entre el acné moderado y severo y el consumo de azúcar añadido, lácteos y grasas saturadas entre hombres y mujeres adultos jóvenes.
Hinchazón abdominal y estreñimiento
Si te excedes con los carbohidratos y no consumes la suficiente fibra, te encontraras con hinchazón, retención de líquidos y problemas para ir de cuerpo.
Colesterol alto
Además de los niveles más altos de azúcar en la sangre, que pueden conducir a la diabetes tipo 2, comer demasiados carbohidratos pueden elevar los niveles de colesterol, relacionados con una mayor incidencia de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca. Reducir el consumo de alimentos altos en azúcar es fundamental: un estudio de 2010 publicado en el Journal of the American College of Cardiology concluyó tras evaluar a 15.000 mujeres holandesas entre 49 y 70 años que una dieta con alto índice glucémico se asociaba con una mayor incidencia de enfermedad cardiovascular.
Dolor de muelas
Una investigación de 2016 publicada en Advances in Nutrition revisó la evidencias de la OMS y otro estudios para concluir que limitar el azúcar es la mejor manera de reducir el riesgo de caries. Los carbohidratos, especialmente la variedad con almidón, alimentan las bacterias que causan caries en la boca.
Experimentas niebla mental
Un estudio de 2020 publicado en la revista PNAS sugiere que nuestros cerebros se vuelven menos expertos en el uso de glucosa como combustible a medida que envejecemos. Como resultado, el cuerpo necesita usar otro tipo de combustible para la función cerebral. En el estudio, los participantes que mantuvieron una dieta baja en carbohidratos y quema de cetonas o que consumieron un suplemento de cetonas tuvieron niveles más estables de actividad cerebral que los participantes que quemaron glucosa en las dietas más tradicionales. En el equilibrio entre macronutrientes se encuentra la clave.
