Todo sobre el ácido hialurónico
El ácido hialurónico es un tipo de azúcar que se sintetiza en laboratorio, totalmente compatible con nuestro organismo. En la actualidad es el material de relleno más seguro que existe

Para Wikipedia, el ácido hialurónico es un polisacárido del tipo de glucosaminoglucanos compuesto por repetitivos disacáridos poliméricos de ácido D-glucurónico y N-acetil-D-glucosamina unidos por enlaces β (1→3). En biología, se distribuye ampliamente en células tanto procariotas como eucariotas. En el ser humano, es abundante en la piel, y está presente en el humor vítreo, el cordón umbilical, el líquido sinovial, el tejido esquelético, las válvulas cardíacas, el pulmón, la aorta, la próstata, la túnica albugínea, los cuerpos cavernosos y esponjoso del pene.
¿Para qué sirve el ácido hialurónico?
Éste acido ayuda a hidratar la piel y también a reparar la piel y luchar contra los signos pronunciados del envejecimiento, como arrugas y líneas de expresión.
A medida que envejecemos, la producción natural de ácido hialurónico disminuye. Con el paso del tiempo, la piel pierde hidratación, elasticidad, firmeza y su capa más externa se adelgaza. La aplicación tópica de ácido hialurónico puede ayudar a prevenirlo, devolver esa hidratación a la piel, aumentar su capacidad de regeneración y ayudar a rejuvenecerla.
El ácido hialurónico ayuda a:
Recuperar los niveles de hidratación.
Prevenir y reducir la apariencia de las líneas de expresión y arrugas.
Aportar firmeza y elasticidad a la piel.
Promover la creación del colágeno y la elastina que sostienen y dan soporte a la piel.
Es un material compatible y versátil, se utiliza principalmente en la cara, pero se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo.
En caso de pérdida de grasa o atrofia por el envejecimiento en la cara el ácido hialurónico aporta o repone, de forma sencilla, el volumen perdido.
Las aplicaciones más frecuentes son para realzar los labios y pómulos, para corregir o aumentar la región del mentón y de las sienes, definir el ángulo de la mandíbula o rellenar arrugas profundas de tipo no dinámico.
También es utilizado para modificar la nariz de forma no permanente corrigiendo distintas alteraciones estéticas (rinomodelación).
Para corregir las arrugas de expresión es más prioritaria la utilización del botox o toxina botulínica.
El ácido hialurónico se presenta en cuatro densidades que se utilizan dependiendo de la profundidad en que se vaya a inyectar. El hialurónico de alta densidad se utiliza en profundidad, como en el mentón y pómulos. El hialurónico de menor densidad es para las arrugas finas.
Usos estéticos del ácido hialurónico
En el mundo de la medicina estética ha supuesto una verdadera revolución en el tratamiento de las arrugas, hasta el punto de sustituir en muchos casos a la toxina botulínica (botox). Se ha demostrado clínicamente que cuando se aplica mediante inyección intradérmica el ácido hialurónico estimula y activa los fibroblastos incluso en personas de edad avanzada, lo que supone que además de proporcionar un mayor volumen a la piel también se estimula la formación de colágeno. De ahí que en la actualidad este tratamiento se esté utilizando para eliminar ciertas arrugas:
Los surcos nasogenianos, los que parten de la nariz hacia los laterales de la boca).
Los pliegues peribucales y las comisuras labiales, en la línea de contorno de labios.
Las del entrecejo.
Las patas de gallo.
Las de la frente.
Usos médicos del ácido hialurónico
Las particulares propiedades del ácido hialurónico han abierto un campo cada vez más amplio de aplicaciones en el tratamiento de diferentes patologías. La primera de ellas se refiere al tratamiento de enfermedades degenerativas de las articulaciones como la artrosis. En este caso es cada vez más frecuente la realización de infiltraciones de esta sustancia con una doble finalidad: reducir el dolor y lograr una apreciable regeneración del cartílago.
También se utiliza para sustituir el líquido sinovial que se pierde en la realización de artroscopias. Asimismo, en el deporte de élite se usa para recuperar con mayor rapidez las lesiones articulares (tobillo, rodilla, etc.).
En odontología se utiliza para mejorar la cicatrización y regenerar las encías y la mucosa oral, así como en el tratamiento quirúrgico de la disfunción de la articulación temporomandibular. Otro uso incipiente es para el tratamiento de la cistitis intersticial, mediante su introducción en la vejiga. Igualmente se sugiere que puede tener utilidad para tratar problemas cutáneos como la lipodistrofia, ya sea originada por terapias con exceso de esteroides o por el tratamiento antirretroviral de las personas infectadas por el VIH.
El tratamiento se realiza en consulta por el especialista. Es rápido, con mínimas molestias y los resultados son inmediatos. Se recomienda no exponerse al sol las 24-48h siguientes.
El profesional ideal para estas consultas es el Dr. Pedro Cormenzana.
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